My interpretation - Mika

Bien, creo que es de celebrarce que el anterior blog fue el número 100. Ni siquiera me imaginaba que llegaría a 20, pero bueno, la distancia y el afán por estar comunicado con mi amigos puede más que otras cosas.
En fin, llevo 4 semanas (desde el 16 de mayo) que el trabajo no para. Y más que no parar, atiborra (¿esto es una palabra?). Hace unos días pensé que mi día iba a estar tranquilo, e iba a poder escribir tranquilamente un email a Alexia y Sebas... el email terminó siendo de 2 o 3 enunciados una precipitante despedida.
Quiero ya que el trabajo aminore su paso, porque hay días que no puedo seguir su ritmo. De que aprendo, APRENDO, pero a marcha forzada. Es defensa personal, es sentido común... no sé. Es supervivencia.
Lo que pasa es que mi agencia está dominada por la anarquía de los creativos, la cual es sustentada por los 'cuentas'. Y si algo se sabe, es que estoy en la mejor escuela, porque si aquí logras sacar adelante las cosas, en cualquier otra va a ser más que sencillito.
Mi depa sigue siendo teniendo un poco el look Auschwitz, pero ya más arreglado. Esto lo he logrado ejando toda la basura acomodada a lado de los platos fuera de la puerta de mi roomie, quien se encargó, en principio, de hacer todo el tiradero. Por supuesto que fuera de mi puerta la mesa está más que reluciente y el piso trapeado. Además apliqué el "El que agandalla no batalla" y he puesto 3 lavadoras seguidas mías, además de tardarme 2 horas en el baño el domingo en la mañana (MUAAAAAHA-HA-HA-HA), los escuchaba morirse de ganas de ir al baño, pero como me tardé más de dos horas limpiando el baño, I figure it out que podía tardarme 2 años en arreglarme.
Es mi forma de decirme: "gracias".
Ya empezó el día... ¿ven?
Los tengo que dejar.
Los quiero